Venezuela ante una nueva oportunidad de oro

De salir victoriosa la oposición, ciertamente se entraría en un terreno de mucha incertidumbre debido a ese control que ejercen Maduro y sus seguidores en varios frentes del Estado, lo cual obligaría a cambios mucho más profundos en todo el entramado institucional.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Foto: Yuri Cortez / AFP.
photo_camera Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Foto: Yuri Cortez / AFP.

Venezuela irá a elecciones presidenciales este domingo, en un escenario que no es claro, pero que pone al país ante una gran oportunidad. Si los ciudadanos la aprovecharán o no, es algo que solo se sabrá tras el cierre de las urnas.

Este país, que por años fue el más rico de Latinoamérica gracias a la explotación petrolera, ha tenido idas y venidas en el plano político, que no le permitieron generar a partir de ello, una mejor calidad de vida para los sectores mayoritarios de la población.

Hoy, Venezuela es un país empobrecido. La caída en la producción de petróleo, debido a las restricciones impuestas por Estados Unidos a las empresas que mantienen negocios con el Gobierno encabezado por Nicolás Maduro, ha impactado toda la economía. Para más, la hiper inflación ha sido la norma por varios años ya, sumado a la depresión en que se encuentra una buena parte del sector productivo privado.

A todas luces, Venezuela necesita un cambio. 25 años de lo que se conoce como el chavismo, una dinámica diseñada por el expresidente Hugo Chaves para controlar todo el aparato estatal, ha sido nefasta, no solo por los resultados económicos. También, por el impacto que el proceso ha tenido en la calidad de vida y las libertades de la población.

Todo ello ha sido acompañado por estrategias cuidadosamente diseñadas para silenciar y acorralar a la oposición política, sobre la base de un poder judicial totalmente alineado con los intereses del Gobierno.

En ese marco, la oposición tampoco ha sido capaz de construir un proyecto político uniforme, que vaya más allá de sacar a Maduro del poder. Y de allí deriva una pregunta muy importante: ¿estará lista?, porque, si lograra dar ese paso, de inmediato tendría que asumir la tarea de dar un rumbo al país.

Ahora, por ejemplo, llega a estas elecciones con un candidato sacado de la manga a última hora, como Edmundo González. Y ha sido así porque la dirigencia se empecinó en impulsar una candidatura inviable, una vez que María Corina Machado fue inhabilitada por el organismo electoral -también alienado con Maduro- desde antes de las primarias internas de la oposición.

Pero, como si eso fuera poco, el grueso de la campaña lo ha llevado Machado, quien recorrió el país durante muchas semanas en solitario, sin el acompañamiento de González, que solo apareció en escena en la última fase de la contienda.

Y sus propuestas son escasas. Todo se ha centrado en un mensaje de cambio, sin precisiones sobre cómo y en qué dirección. Punto especialmente importante para un liderazgo político que ha cometido también muchos errores que contribuyeron indirectamente a fortalecer el poder de Maduro, y antes, de Chaves.

Cuando comenzaron a cerrarles los espacios, no se esforzaron lo suficiente por encontrar alternativas. Se presentaron ante el mundo como víctimas. Si bien lo eran, no dieron señales de querer o de poder luchar. Incluso, hubo elecciones a las que no se presentaron debido a las enormes diferencias internas.

Vale decir que la oposición no ha podido unirse, ni siquiera en torno a la idea de quitarle el poder a Maduro. Eso abre un margen para las dudas. Porque las soluciones no llegan con el poder. Las cosas en Venezuela no van a cambiar por arte de magia solo por el hecho de que la oposición gane las elecciones.

Esta es la primera vez que los estudios de intención de voto le dan alguna oportunidad a la oposición, si bien no hay garantía de que los comicios sean transparentes.

En medio de toda la complejidad que plantea la situación, no hay duda de que los venezolanos encaran el domingo una oportunidad de oro para reencausar su país. Parece algo mucho más complejo si Maduro se mantiene en el poder.

De salir victoriosa la oposición, ciertamente se entraría en un terreno de mucha incertidumbre debido a ese control que ejercen Maduro y sus seguidores en varios frentes del Estado, lo cual obligaría a cambios mucho más profundos en todo el entramado institucional.

En todo caso, la palabra la tienen los venezolanos, que están ante una nueva oportunidad de oro para rescatar su país.