Cada vez son más reducidas las opciones de acceso a vivienda

Mientras tanto, sigue creciendo el déficit de viviendas. La estimación es que se requieren 148.553 casas. Ciertamente, el país tiene capacidad para construirlas. El problema es que el mercado no ofrece las condiciones para colocarlas.

Viviendas de interés social
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Una vivienda digna es fundamental para tener una buena calidad de vida. Pero, en Costa Rica, cada vez se hace más difícil acceder a ella. Un informe denominado “Balance y tendencias del sector vivienda: gestión y desafíos en época de cambios, 2023”, ha puesto en números esa realidad.

Destaca el estudio que un 70 por ciento de los hogares no están hoy en posición de adquirir una vivienda propia, pese a que la oferta de casas y apartamentos es alta. El problema es que, los precios también son altos.

El ámbito de vivienda es uno de tantos en los que el país ha retrocedido de manera sustancial de unos años a la fecha. Hará unos 30 años, las posibilidades eran muchos más amplias para un mayor porcentaje de la población cuando hacían números para comprometerse en alguna operación crediticia que les permitiera comprar una casa.

De alguna manera, había una mejor correlación entre los ingresos, las cuotas bancarias y los plazos por los cuáles se podían contratar créditos de vivienda. De hecho, todavía se conseguían financiamientos a 12 o 14 años. Pero hoy, ni siquiera con opciones de 30 años plazo las familias logran salir adelante.

La realidad es que se abrió una brecha inmanejable para la mayoría, que dejó en un extremo los ingresos y en otro, los precios. Y no es que los ingresos sean malos. Más bien, los costos se lanzaron.

Incluso, hay casos en los cuáles la suma de ingresos familiares tampoco resuelve el problema. Allí, simplemente, no hay ninguna opción.

Y si a esa realidad sumamos el hecho de que la asistencia pública para las familias de menores ingresos, a través de los diferentes esquemas de bonos de vivienda, viene en picada, el problema se agrava.

El mismo estudio deja ver que ya desde antes la tendencia no era creciente. Pero, en los últimos tres años, el número de bonos aprobados cayó de forma sostenida. Entonces, el sistema está dejando de ser una respuesta para este sector de la población.

La suma de tantos elementos constituye una llamada de atención sobre la urgencia de revisar el tema. No es aceptable que un sector tan amplio de la población no disponga de opciones realistas para hacerse de una vivienda.

Es una tarea amplia, que involucra no solo al sector vivienda, sino, especialmente, al sistema financiero, pero que pasa por una serie de decisiones políticas que, desgraciadamente, están tardando en llegar.

Mientras tanto, sigue creciendo el déficit de viviendas. La estimación es que se requieren 148.553 casas. Ciertamente, el país tiene capacidad para construirlas. El problema es que el mercado no ofrece las condiciones para colocarlas.

Allí hay un enorme dilema que exige un análisis serio, profundo y, dentro de lo que cabe, oportuno. Lo decimos así porque todo parece indicar que las acciones debieron comenzar a darse hace ya un buen rato.

Paradójicamente, aumenta la oferta de casas vacacionales que, a fin de cuentas, están dirigidas a las mismas personas que ya atendieron su necesidad de una vivienda primaria. Especialmente, en las zonas costeras, de acuerdo con el mismo informe.