Los retos para el país frente a la contaminación del aire

Se requiere una política pública, en la que se definan acciones concretas y se establezcan los criterios de financiamiento para llevarla adelante. Si no damos pasos concretos en esa dirección, en definitiva, el problema seguirá creciendo.

Imagen de San José, con fines ilustrativos.
photo_camera Imagen de San José, con fines ilustrativos.

Un reciente estudio de Universidad Nacional (UNA) ha permitido ver que el país no solo no avanza, sino que incluso retrocede en el proceso de contrarrestar la contaminación del aire, sobre todo en las principales ciudades.

Desgraciadamente, los datos no abarcan todo el país. Pero eso no impide tener, a partir de ello, un panorama muy realista de lo que ocurre en un espacio que involucra a la mayor parte de la población del país.

A diferencia de algunos otros países, en Costa Rica no es un fenómeno generado por la industria, sino más bien por los vehículos. Y, particularmente, por los vehículos de uso personal.

Este es un detalle diferenciador respecto de los estudios anteriores, porque cuando se le empezó dar seguimiento al tema, hará unos 20 años, el mayor impacto lo generaban los autobuses. O al menos eso se decía.

A ese dato hay que agregar otro: dos de los puntos más problemáticos en la Gran Área Metropolitana son las inmediaciones del Hospital San Juan de Dios, en el distrito Merced, en el cantón central de San José, y los alrededores de la Rectoría de la UNA, en el cantón central de Heredia.

No ha de ser casualidad que así sea. Una búsqueda de coincidencias entre ambos puntos hace que lo primero que salte a la mesa sean las presas vehiculares que se forman allí. Son puntos donde se generan cuellos de botella. En el caso del Hospital San Juan de Dios, porque allí se marca el final del Paseo Colón, para más, con una serie de semáforos que no siempre están coordinados.

Y, en el caso de la Rectoría de la UNA, el tema es el puente de Pirro, que claramente relentiza el ingreso de los vehículos al casco central de Heredia.

Allí las autoridades de Ingeniería de Tránsito del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) han fallado, porque no encuentran alternativas para alivianar la circulación vehicular. Eso, a pesar de que, en el caso de San José, se aplica de lunes a viernes la restricción por placa, a fin de que un 20 por ciento de los vehículos particulares no puedan ingresar a esa zona.

Y allí hay una especie de contra sentido. Porque, esa restricción no ha impactado positivamente el problema, como tampoco la mejora en la calidad de los combustibles que pregona la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE).

Esas son, quizá, las dos únicas medidas puntuales que se han adoptado hasta la fecha en el país. Y no han sido complementadas con otros programas u obras de infraestructura dirigidas a atacar la situación.

La contaminación del aire es un tema clave, porque afecta la salud de las personas. Por ende, genera efectos secundarios importantes que golpean también al sistema de salud pública, con las implicaciones que eso tiene en torno a la calidad de vida. A ello hay que agregar el costo económico cada vez más elevado.

Lo que llama la atención, por ende, no son los resultados del estudio. Más bien es la inacción de las autoridades frente al problema, cuando evidentemente no es un asunto para después. Los datos del estudio suponen una alerta. Pero como sociedad, no nos podemos quedar con eso. Porque, como hemos apuntado ya varias veces, conocer el problema no lleva per se a la solución.

Se requiere una política pública, en la que se definan acciones concretas y se establezcan los criterios de financiamiento para llevarla adelante. Si no damos pasos concretos en esa dirección, en definitiva, el problema seguirá creciendo.