El estilo estigmatizante de Rodrigo Chaves puesto en evidencia

El mandatario ha satanizado la negociación política, cuando claramente, es un factor clave dentro de toda democracia. Lo es porque en esencia, casi nunca todos estarán de acuerdo cuando las cosas se analizan en democracia.
Rodrigo Chaves, presidente de la República. Foto: Ezequiel Becerra / AFP.
photo_camera Rodrigo Chaves, presidente de la República. Foto: Ezequiel Becerra / AFP.

Hemos venido señalando en este espacio que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, suele desacreditar a quienes se le oponen o tienen diferencias de criterio con él. Ahora, un análisis de coyuntura de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional (UNA) valida contundentemente esa premisa.

El estudio de marras establece que el mandatario ha tratado de denunciar a los grupos de poder, a la élite del poder, para, según él, enfrentar algunos retos. “En pocas palabras, si bien él es parte de la estructura política, se olvida que es parte de una élite política y grupos de poder e intereses y que, en un modelo democrático es normal que existan diferencias”, señalan los responsables del análisis.

Y agrega que, en el debate con los otros Poderes de la República, “el lenguaje ha sido desde el Ejecutivo, duro, hasta algunas veces usando estigmas para catalogar a opositores políticos o a quienes contradicen sus posiciones”.

Queda claro que no se trata de una simple percepción. Y, al mismo tiempo, queda claro que cuando el presidente Chaves asegura que solo se expresa de forma directa y transparente, no es cierto.

De hecho, a la fecha ha recurrido a medias verdades y, en algunos casos, a juegos de palabras para defender posiciones o atacar a su contra parte. Incluso, por momentos, ha dicho cosas que no son ciertas. Por ejemplo, cuando asegura que la Contraloría General de la República está atrasando el progreso de la provincia de Limón en tanto rechaza la construcción de una Marina y una terminal turística allí.

Es cierto que la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA) comenzó a bocetear proyectos en esas líneas. Pero, de hecho, los dejó en pausa.

La propia presidenta ejecutiva de la institución, Sucy Wing Ching dejó claro que está a la espera de saber cuál será el futuro del proyecto de Ley Jaguar, antes de continuar. Y, por ende, hoy las iniciativas no han llegado al Banco de Proyectos del Ministerio de Planificación Económica, donde deben ser evaluados y priorizados antes de llegar a la Contraloría.

Eso, solo para citar uno de varios ejemplos del mismo ejercicio que suele repetir una y otra vez el presidente Chaves cuando habla en público.

Y eso genera confrontación. No en vano el análisis de coyuntura destaca que Chaves ha privilegiado el enfrentamiento en forma directa. Eso hace que siempre se posicione lejos de cualquier posibilidad de negociación, concluye el análisis.

De hecho, el mandatario ha satanizado la negociación política, cuando claramente, es un factor clave dentro de toda democracia. Lo es porque en esencia, casi nunca todos estarán de acuerdo cuando las cosas se analizan en democracia. Y eso obliga a buscar puntos de coincidencia en medio de las diferencias.

Pero Chaves prefiere hacer que ese punto no es real cuando asume posiciones autoritarias que, cree que le gustan a un sector mayoritario de la población. Por ende, espera que ese ejercicio lo posiciones aún mejor frente al público.

Lo que sí no percibe, es que por esa vía está lastimando nuestra democracia, gracias a sus constantes insinuaciones, acusaciones vacías, falta de respeto e intolerancia; todo con el fin de restar credibilidad a quien difiera de él. Y no lo percibe porque está demasiado concentrado en su esfuerzo por destruir, quizá pensando ingenuamente que luego podrá presentarse como la única persona que puede reconstruir sobre los escombros.