Las estrategias que incrementen la permanencia de micro, pequeñas y medianas empresas en el mercado es uno de los objetivos principales de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA), señaló su vicepresidente, Henry Zúñiga.
Ello porque la pequeña y mediana industria alimentaria es uno de los motores más fuertes de la actividad económica y movilidad social que existe en el país.
En esa línea, la Cámara resaltó la incorporación del programa “Pasión por el Sabor” dentro de la red de apoyo a la micro y pequeña industria, la cual coordina el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
El programa permite que este tipo de emprendimientos en pocos meses pasen de ser ideas y proyectos en fases iniciales, a empresas y productos formales y viables en grandes tiendas de comercio detallista.
Además, lo conforman un grupo de profesiones expertos en tecnología alimentaria, producción, mercado, diseño de marcas y ventas, entre otros.
Para Zúñiga los principales desafíos de la micro y pequeña industria alimentaria no solamente se encuentran en sus capacidades y habilidades propias en materia de desarrollo de producto, marca, empaque, proceso de producción y comercialización.
Sino también en las posibilidades de formalizar y encontrar capital semilla que les permita impulsar los primeros pasos del proyecto empresarial.
Añadió que, por tal motivo iniciaron un proceso de búsqueda de apoyos por parte del Sistema Banca para el Desarrollo, el cual esté dirigido a la “incubación” de microemprendimientos.
Según datos de CACIA, las micro, pequeñas y medianas empresas representan el 80% de sus asociados.
“Las Pymes generan la mayoría de los empleos formales, crean 7 de cada 10 empleos, de ahí la importancia de incentivar a los emprendedores”, expresó Zúñiga.
Dificultad de acceso al crédito
Recientemente en entrevista con www.despertar.cr, el presidente de CACIA, Juan Ignacio Pérez, criticó que el Sistema de Banca para el Desarrollo exige una cantidad de requisitos a pequeñas y medianas empresas como si ya estuvieran conformadas, tuvieran una garantía y un flujo de caja de 3 años.
“Un montón de requisitos que le piden a una empresa ya formal y establecida, y es muy difícil para una persona que está emprendiendo”, manifestó Pérez en aquella ocasión.
Asimismo, indicó que por las experiencias de los empresarios que participan en el programa de emprendedores de CACIA se podría decir que esta situación les ha perjudicado bastante.
