Análisis de Elecciones 2024

Pese a feudos cantonales, prevén mayor rotación en alcaldías

“ya no vamos a observar casos como los de Johnny (Araya), o casos más difíciles de observar como el de los Villanueva, en Cartago; de los Ajoy, en Liberia; los Alvarado, en Belén. Vamos a observarlos y siempre estarán allí presentes. Mentira que esto los va a eliminar por completo, pero sí, se va a dar más competencia": Ronald Alfaro.
Ronald Alfaro, investigador del Programa Estado de la Nación, señaló que los feudos políticos no se eliminarán pero recalcó que habrá una mayor competencia por las alcaldías. Foto: UCR
photo_camera Ronald Alfaro, investigador del Programa Estado de la Nación, señaló que los feudos políticos no se eliminarán, pero recalcó que habrá una mayor competencia por las alcaldías. Foto: UCR

Pese a que los cambios en la elección de alcaldías que ponen freno a las reelecciones perpetuas no limitarán la generación de feudos políticos, sí abren espacio a una mayor alternancia y competencia en esos cargos.

Ronald Alfaro Redondo, investigador en temas políticos del programa Estado de la Nación, explicó que, a raíz de la naturaleza del puesto, en el que la alcaldía es el cargo más importante de la municipalidad, se hace propicio para los feudos. “Es natural, de cierta forma, que eso se de allí”, apuntó.

En el país, antes de la última reforma electoral, había cantones donde el alcalde era el mismo por muchos años, El caso más conocido es el Johnny Araya, quien desde 1.982 llegó al Municipalidad de San José como regidor hasta 1.986.

Posteriormente, fue ejecutivo municipal desde 1.991 hasta 1.998 y fue por una reforma al Código Municipal en que se elimina esa figura y se instauró el de alcalde o alcaldesa.

De manera consecutiva, Araya ocupó el cargo desde 1.998 hasta el 2013, pues renunció para ser candidato presidencial por el Partido Liberación Nacional (PLN) pero perdió.

Para el proceso electoral del 2016 Araya retornó a la alcaldía a través del partido Alianza por San José, pero luego regresó al PLN, agrupación con la que reafirmó su cargo para el periodo 2020-2024.

Se darán feudos y más competencia

Alfaro sumó que cuando no había límites a la reelección la permanencia de una misma persona en el cargo era mucho más factible.

Con el proceso actual, en que los alcaldes sólo pueden estar en el puesto durante dos períodos- 4 años de elección inicial y 4 años más por reelección- el experto considera que esa posibilidad se verá reducida, aunque no desaparecerá.

“No es necesario que no vayamos a ver feudos. Lo que sí es que va a haber más rotación en esos feudos, mal alternancia, porque las alcaldías son de dos periodos y no más. Después tienen que pensar hacia dónde moverse.

“Es inevitable que la naturaleza del cargo se preste para que veamos esos feudos. Sin embargo, ahora habrá más alternancia y, en alguna medida, habrá más competencia por adueñarse de ese feudo aún y cuando se den estás condiciones”, afirmó Alfaro.

Y añadió: “ya no vamos a observar casos como los de Johnny (Araya), o casos más difíciles de observar como el de los Villanueva, en Cartago; de los Ajoy, en Liberia; los Alvarado, en Belén. Vamos a observarlos y siempre estarán allí presentes. Mentira que esto los va a eliminar por completo, pero sí, se va a dar más competencia.

“¿Por qué? Como las personas no van a poder estar tanto tiempo en el cargo, hay otros que quieren competir por esos espacios”, reafirmó Alfaro.

Algunos de los ejemplos que citó el investigador no corresponden necesariamente a personas que fungieron como alcaldes. Pero, sí se marcaron situaciones similares en materia de diputaciones.

Para Alfaro, el hecho que una persona que estuvo en la alcaldía tenga que esperar ocho años para postularse de nuevo, hace que no sea sencillo su retorno.

“Para que alguien se mantenga activo en política, que vuelva a ser una opción viable ocho años después, no es tan sencillo, porque ya otros más se han metido en la disputa”, agregó Alfaro, quien añadió que la persona podría optar por otros puestos de elección popular, como, por ejemplo, una diputación y dar ese brinco hacia otros horizontes.

Algunos casos que se dieron

Varios casos llamaron la atención en las elecciones del pasado domingo cuatro de febrero. El PLN, en el cantón de San José no logró mantener su hegemonía, pues los electores, se decantaron por un partido cantonal, Unidos, con su candidato Diego Miranda.

La carta de presentación del PLN para el ayuntamiento más importante del país fue Mario Vargas, quien fue alcalde del 2001 al 2003 y en la actualidad es el segundo vicealcalde de San José. Pero no logró el aval del electorado

“Es un reflejo, en buena medida, cuando hay liderazgos fuertes en la política, que han sido electos durante mucho tiempo, que se han perpetuado. Hacer la transferencia de esos liderazgos hacia alguien más no es un proceso sencillo.

“No es un proceso automático. (…) Esa es la política que no funciona de esa forma mecánica. Al igual que muchos, el de Diego Miranda es el mejor ejemplo de quién aprovechó al máximo, la entrada en vigencia de los límites de la reelección municipal”, manifestó Alfaro. Añadió que el alcalde electo fue el que más capitalizó “el apoyo anti liberacionista en la alcaldía de San José y eso le dio un rédito importante”.

Por otro lado, Alfaro apuntó que otro caso que resultó llamativo es el del alcalde reelecto del cantón de Matina, Walter Céspedes, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), pues amasó un apoyo del 79,66%.

El respaldo fue tan importante entre quienes acudieron a votar en ese cantón. Matina registró, eso sí, un nivel de abstencionismo del 61,54, según datos preliminares del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

“El tiene experiencia en la Asamblea Legislativa, es un político experimentado y tenía posibilidad de aspirar a la reelección y, de alguna forma aprovecha toda la experiencia electoral que tiene para movilizar el respaldo a su favor.

“Y ocurre que, desde la oposición, no han logrado articular una alternativa a un liderazgo fuerte allí, un liderazgo que está fuertemente respaldado”, externó Alfaro.

Aseveró que, en cualquier caso, para un alcalde electo, el mejor escenario es contar con mayoría en el Concejo Municipal.

De igual forma, el caso de Mario Redondo, que para las elecciones municipales del 2020 se alzó con la silla de la alcaldía de Cartago con el Partido Alianza Demócrata Cristiana y ahora lo hace con Actuemos Ya. Alcanza los réditos debido a su experiencia, así como Roberto Thompson, que ya fue alcalde del cantón de Alajuela por años por el PLN. Luego llegó a la Asamblea Legislativa, en el periodo 2018-2022 y ahora regresa a la alcaldía alajuelense.

“Son personas que ya tienen experiencia en la Asamblea Legislativa y saben cómo armar campañas electorales y se vuelve una ventaja comparativa”, dijo el investigador.

Acotó que también hay casos de candidatos que inicialmente estaban en un partido y luego se movieron a otro y el resultado final no era el esperado.

Mencionó el ejemplo de la actual alcaldesa de Palmares: era del PLN, pasó a Palmares Primero y ahora se postuló por PLN y perdió la elección. Lo mismo ocurrió Luis Gerardo Castañeda, de Liberia, que llegó por el PLN y se sumó para el periodo 2024-2028 a Unidos Podemos, pero no logró el apoyo electoral.