Costa Rica camina hacia una tasa de natalidad deficitaria

Las proyecciones indican que dentro de 50 años la tasa de nacimientos rondaría los 23.000 por año, igualando las cifras de 1935.
Mujer embarazada
photo_camera La tasa de fecundidad de las mujeres de es 1.3 hijos, la más baja que alcanzó el país. Foto: UCR.

En caso de mantenerse la tasa de fecundidad actual de 1.3 hijos por mujer -considerada como ultra baja fecundidad-, en 50 años, es decir, entre 2.074 2.075, Costa Rica llegaría a generar sólo 23.000 nacimientos anuales.

Según aseguró el demógrafo Luis Rosero, esa cifra se compararía con los que tuvo Costa Rica en 1.935, es decir, hace 89 años.

Esta situación contrasta con la cantidad de nacimientos registrados en el país entre 1.985 y 1.995, cuando los alumbramientos entre los 79.714 y los 84.337, conforme con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Esos datos establecen que desde 1.950 se dieron aumentos en la cantidad de nacimientos hasta alcanzar los picos mencionados. Pero fue a partir de 1996 que se comenzaron a notar leves descensos, condición que se agudizó en el 2.022, cuando se contabilizaron 53.435 nacimientos, cantidad parecida a la registrada en 1.973 con 53.455; una diferencia de 20.

El demógrafo explicó que lo que pasará dentro de medio siglo dependerá de la cantidad de nacimientos que se den.

“Para el escenario en que las mujeres opten por tener dos hijos, la cantidad de nacimientos anuales fluctuarían entre los 50.000 y 53.000”, pero no descartó que en el futuro muy próximo se pueda dar un pico mayor de nacimientos, “debido a que en el 2.021 y el 2.022, la cantidad de nacimientos no fue compatible con la fecundidad de 2 hijos”.

Escolares
De acuerdo con las proyecciones demográficas, la población entre los 6 y los 17 años seguirá cayendo. Foto: MEP

“En el escenario de ultra baja fecundidad, los nacimientos seguirán cayendo”, reiteró Rosero.

A esto añadió que “este número de nacimientos no está determinado solamente por la fecundidad. También depende de cuántas personas están teniendo hijos, es decir, de la población en edad reproductiva, -las mujeres entre 18 y 45 años-. Lo que va a pasar en el futuro es que la población en edad reproductiva va a disminuir sustancialmente”, afirmó Rosero.

Caídas estrepitosas y aumento robusto

Además, Rosero expuso que, a lo largo de los años, producto de la reducción de nacimientos, el país registra caídas estrepitosas en varios grupos poblacionales, al tiempo que se registra un aumento robusto en otra.

En lo que respecta a la población estudiantil, que ronda entre los 6 a 17 años, a principios de siglo estaba integrada por más de un millón de personas pero en la actualidad es menos de 900.000 y seguirá cayendo.

“¿Cuánto seguirá cayendo? Dependerá del escenario de fecundidad, puntualizó Rosero.

“En el escenario extremo, se vislumbra que el país llegará a una población de 300.000 niños y jóvenes, pero si la fecundidad es de 2 hijos por mujer, este grupo alcanzará las 600.000 personas, pero pese a ello, el número es mucho menor que el actual”, afirmó.

Manifestó que esta situación no debe verse de manera catastrófica, sino como “una oportunidad de oro” para mejorar la calidad de la educación pública, pues a lo largo de los años se dio una “oportunidad perdida”.

En cuanto a la población proveedora, que comprende entre los 18 y los 64 años de edad, Rosero sostuvo que creció en los últimos 50 años, pues pasó de 1,5 millones a 3,5 millones “pero ese crecimiento será muy pequeño en las próximas dos décadas y a partir de allí comenzará a bajar por la escasez de mano de obra”.

Por otro lado, el grupo de mayores de 65 años es el que mostrará un crecimiento robusto, ya se pasará de 500.000 a cerca de dos millones en 50 años.

“Esto frente a las curvas (población productiva, en edad escolar y otros) sugiere que estamos frente a la tormenta perfecta, y va a haber serios problemas porque esta población demanda, sobre todo, dos cosas: servicios de salud y pensiones.

“Esta tormenta ocurrirá a menos que, la población designada como adultos mayores, se incorpore al trabajo, es decir, aumente la edad de retiro, tenga mejor salud y tenga activos intelectuales y capitales para poder sostenerse en la vejez y no esperar todo de la pensión del Estado", recalcó Rosero.

Transición demográfica avanzada

Al respecto, Elizabeth Solano, subgerente del INEC, acotó que desde hace 20 años, Costa Rica atraviesa un proceso avanzado de transición demográfica.

Mencionó que entre el 2.003 y el 2.009 la población creció, aproximadamente, dos personas por cada 100 habitantes, ritmo que se desaceleró y se ubica en la actualidad en una persona por cada 100 habitantes.

Además, el país presenta desde el 2.022 una esperanza de vida al nacer superior a 80 años, y la tasa bruta de fallecimientos se encuentra en aumento, a raíz del incremento del envejecimiento.

“Producto de dichos cambios demográficos la estructura poblacional del país se ha modificado considerablemente. Por ejemplo, la importancia relativa de la población  de 0 a 4 años decrece con respecto a la población total, mientras que los grupos de edades mayores crecen relativamente, lo que se traduce en una población más envejecida.

"En las últimas dos décadas el grupo de 25 a 64 años tuvo un aumento de 21% y la población de 65 años y más incrementó un 75%", sostuvo Solano.

Por otro lado, la experta ahondó en que al analizar la evolución de la tasa bruta de natalidad se evidencia una reducción significativa "dado que en el 2.002 se reportaron 18 nacimientos por 1.000 habitantes mientras que en el 2022 esa cifra disminuyó a 10 nacimientos por 1.000 personas", agregó.

A esto sumó "lo que implica que no nacen suficientes niños y niñas para reemplazar en la estructura poblacional y ubica al país no en una tasa baja, sino en la tasa más baja de América Latina en este momento”.

Adultos mayores
Proyectan que, para dentro 50 años, el 43% de la población costarricense será adulta mayor. (Foto: UCR)

Adujo, además que, entre el 2.002 y el 2.022,los nacimientos de madres menores de 22 años disminuyeron alrededor de un 55%, lo que en términos absolutos representa 9.561 nacimientos menos.

"El que aumentó es el grupo de los 30-34 años, lo que puede estar relacionado con un atraso en la edad de ingreso de la maternidad de su primer hijo o hija que para el 2.022 era  28 años, mientras que en el 2002 era a los 25 años", dijo Solano. 

Acotó, además, que todos los datos reflejan ese cambio demográfico que experimenta el país y, en este sentido se vuelven fundamentales la reflexión y análisis de la academia, universidades, instituciones y la sociedad civil, a fin de que se puedan diseñar acciones conjuntas para afrontar las condiciones poblacionales venideras.