La ministra de Planificación y Política Económica, Laura Fernández, defendió que ese despacho juega un papel importante en la formulación del presupuesto nacional de la República, pese a que en público quien lleva la voz cantante es el ministro de Hacienda, Nogui Acosta.
Fernández, quien se mantiene al frente de Planificación como recargo desde que pasó al Ministerio de la Presidencia, recordó que su despacho es el rector del Sistema Nacional de Planificación, y vela por que esa planificación y los presupuestos “estén debidamente amarrados”.
“Usted no puede planificar si no da contenido económico, porque si no se planifica se le convierte meramente en una carta de buenas intenciones”, apuntó la funcionaria.
Aseveró que en el presupuesto y en el ejercicio que se hace existe una alineación entre los planes estratégicos de las instituciones, sus planes operativos y de trabajo anuales, de manera que se cuente con los recursos económicos para la generación de los servicios y bienes esperados.
Según indicó, el proyecto de presupuesto ordinario y extraordinario de la República para el 2025 cumple con la programación de la planificación en todas las instituciones.
“Es un presupuesto que atiende las prioridades establecidas dentro del Plan Nacional de Desarrollo y de Inversiones Públicas. Es un presupuesto que también responde a los proyectos de inversión que se encuentran en el Banco de Proyectos de Inversión Pública que administra el MIDEPLAN”, aseveró Fernández.
Seguimiento y evaluación
Por otra parte, el ministro Acosta, manifestó esta semana en la Asamblea Legislativa que, en el presupuesto nacional se premia a los ministerios que ejecutaron un mayor porcentaje de su presupuesto, mientras a aquellos que registran subejecuciones importantes se les da menos que el año anterior.
Ante esto, se le consultó a Fernández sobre el acompañamiento que se le da a los ministerios que tienen problemas para gastar lo que se les giró y que afecta el cumplimiento de sus obligaciones.
Sostuvo que se les da un seguimiento cada semestre, a través de un sistema informático. “En cada institución que recibe estos recursos y que tiene metas asignadas, esa institución debe ingresar a ese sistema y reporta el estado de situación.
“MIDEPLAN lo revisa y cuando no hay un cumplimiento satisfactorio, MIDEPLAN genera una serie de recomendaciones a las diferentes instituciones para que mejoren el cumplimiento de las metas y el uso de los recursos”, detalló Fernández.
El presupuesto nacional para el 2025 es de ¢12.6 billones y se encuentra en proceso de discusión en la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa. Los diputados deben resolver a más tardar el 30 de noviembre.
