La evolución del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en nuestro país se puede tildar de ¨buena¨ durante el presente año ya que alcanzó su punto más bajo, con un 11,9%.
Este tipo de pobreza, la cual abarca educación, salud, trabajo, protección social, vivienda y uso de internet, afecta a 213.000 hogares.
La cifra representa una disminución del 2,4% respecto al 2022 cuando se tasaba en 14,3%.
No solo a nivel global, sino que, en las zonas residenciales (urbanas y rurales), también presente una disminución. Así lo señala el más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En los sectores urbanos el año pasado la pobreza por factores sociales se estimaba en 10,7%, mientras que para este año se ubica en 8,7%.
La zona rural también refleja una disminución. Se redujo de un 23,7% en 2022 a un 20,6% en 2023, para un 3,1%.
Según el INEC, si se habla en términos de población, el IPM afecta a un 15,3% de la población, lo que supone una disminución de 2,5% de un año al otro.
La educación toma en cuenta 4 indicadores que tienen en consideración diferentes etapas de la vida y el ciclo educativo de las personas. La denominada como Bajo desarrollo de capital humano es la de mayor incidencia en suelo nacional, afectando al 71% de las personas que se encuentran en condición de pobreza multidimensional.
El segundo en influencia es el denominado como Sin logro de bachillerato, el cual alcanza una afectación de 20,8% entre ese mismo bloque de la población.
Los otros factores que toma en cuenta este rubro son el rezago educativo y la no asistencia al sistema de educación formal.
A nivel del indicador de salud, el informe detalla que un 60% de los hogares que dan forma al IPM no cuentan con seguro de salud. Sin embargo, este porcentaje presenta un decrecimiento de 2,9% en relación con el año pasado.
En cuanto a los rubros de vivienda y uso de internet, cabe destacar que este afecta a más de la cuarte parte de los hogares en condición de pobreza multidimensional.
El de mayor presencia es el mal estado del techo o piso en los hogares, afectando a un 50%. Además, el mal estado de las paredes exteriores alcanza un 41,7%. Y el hacinamiento en las viviendas en pobreza alcanza un 25,9%.
Curiosamente, solo un 15% de los hogares se ven afectados por la falta de internet; un 8.2% menos con relación al 2022.
Incumplimientos laborales
El principal factor que se detectó en el índice de trabajo fue en el incumplimiento de los derechos laborales, el cual alcanza a un 44,7% de esta población.
El salario mínimo tampoco se escapa de esto ya que, es un inconveniente para el 24% de las personas que están dentro del IPM.
Los indicadores considerados en esta sección de estudio son el desempleo, el incumplimiento de los derechos laborales de los asalariados y el trabajo independiente informal.
El empleo informal independiente aumentó 2,8% en relación con el 2022, tasándose durante este 2023 en 33,3%.
Además, el desempleo de larga duración es el que menor incidencia tiene en el campo laboral para esta población de estudio, afectando solo a 7,5% según el INEC.
Obligaciones familiares privan de trabajar
Estar fuera de la fuerza de trabajo por obligaciones familiares está muy presente entre los afectados por pobreza multidimensional.
Los casos a los que se hace referencia son, por ejemplo, cuando hay en las viviendas una mujer la cual queriendo trabajar no puede. Esto porque debe dedicarse a ciertas obligaciones familiares, por ejemplo, cuidar a otra persona, ya sea adulto mayor bebé, entre otros.
La afectación por este indicador alcanza un 25%.
La protección social muestra las incidencias más bajas entre los factores de la pobreza multidimensional, esto porque se enfoca en grupos vulnerables con poblaciones objetivas específicas.
Algunos otros indicadores que afectan a las viviendas dentro este factor son personas con discapacidad sin transferencias (19,4%), primera infancia sin cuido (6,4%) y personas adultas mayores sin pensión (12,3%).
