La Marcha del orgullo LGTBI prevista para este domingo cobró dos víctimas a lo interno del equipo de trabajo del presidente Rodrigo Chaves, horas antes de su arranque. Y quedó en evidencia que a lo interno del Poder Ejecutivo hay, por un lado, diferencias sobre el tema y, por otro, una determinación clara del mandatario de que en todo es quien tiene la última palabra.
De hecho, es posible que la marcha termine sin iniciar, pues desde la Presidencia de la República se anunció que no cuenta con los permisos pertinentes.
Esta tarde, Chaves destituyó a la ministra de Cultura y Juventud, Nayuribe Guadamuz y al Comisionado de Inclusión Social, Ricardo Sosa, porque tramitaron una declaratoria de interés cultural para la marcha del orgullo LGTBI sin su autorización.
“El Presidente no tuvo conocimiento de esa declaratoria. Por tanto, lo decisión de destituirlos responde a la responsabilidad política y disciplina a que están sujetos los jerarcas de esta administración. La declaratoria de interés cultural de la actividad ha sido anulada por el Gobierno esta misma tarde”, detalló la Presidencia en un comunicado.
"También le informamos al público que los organizadores de esta actividad no han solicitado, tramitado ni recibido los permisos requeridos de acuerdo a la normativa correspondiente para efectuar la marcha”, agrega la comunicación de la Presidencia.
Chaves ordenó a su despacho una revisión de los procesos administrativos, delegaciones de firmas y flujos de proceso “para evitar futuros errores como el ocurrido en este caso”. Ello, para dejar claro que todos los asuntos deben pasar por su despacho y que los jerarcas solo pueden proceder contra su visto bueno.
A diferencia de otros casos de destituciones durante la presente administración, en esta oportunidad Chaves no anunció los sustitutos de Guadamuz y Sosa. En el comunicado se limitaron a indicar que en los próximos días se anunciará a las personas que asumirán estos puestos en el Gobierno de la República.
Casualidad o no, estas decisiones se toman apenas dos días después de que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunciara el despido de 300 funcionarios del Ministerio de Cultura, debido a que "promueven agendas incompatibles" con la visión de su gobierno.
"Promueven agendas que no son compatibles con la visión de este gobierno. Además, ahorraremos fondos públicos en el proceso", escribió Bukele en la red social X.
Guadamuz ya venía en la cuerda floja desde hace varias semanas. Incluso, la diputada oficialista, Ada Acuña solicitó, en diferentes momentos, su salida por considerar que la ahora exfuncionaria no desempeñaba bien sus funciones y por no gestionar de manera apropiada el presupuesto de esa cartera.
Estas dos destituciones se suman a una larga lista de jerarcas que se fueron por la puerta de atrás en la presente administración. De hecho, en el propio Ministerio de Cultura y Juventud, tres viceministros, entre destituciones y renuncias, se fueron antes, por diferencias con Guadamuz. Para entonces, recibió el respaldo del mandatario.
Los despidos de Guadamuz y Sosa se suman a la renuncia anunciada el viernes por quien venía fungiendo como viceministro de la Presidencia, Freddy Morera. Y ocho días antes renunció quien fuera la titular de esa misma cartera, Natalia Díaz.
Cuando está a punto de completar 26 meses de gestión el presidente Rodrigo Chaves, en su equipo de trabajo se acumulan ya 55 salidas. La primera fue de Ricardo Seravalli, viceministro de Juventud, tan solo tras cinco días de permanecer en el cargo.
