Con un tono más envalentonado y seguro, Marta Esquivel, presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), afirmó que existen intereses para no investigar, a profundidad, la compra del lote para la construcción del nuevo hospital de Cartago.
El señalamiento lo hizo poco más de 24 horas después de su comparecencia ante los diputados de la Comisión de Cartago en la Asamblea Legislativa. Y, fue entonces cuando insinuó un problema de corrupción alrededor del lote adquirido en 2011.
Curiosamente, hasta ahora no se había planteado ningún argumento en esta dirección para cambiar la ubicación del nuevo hospital. En un inicio, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, utilizando información de otro terreno ya descartado, cuestionó las características y la ubicación de la propiedad.
Hoy el escenario que le dio esa seguridad a Esquivel a la hora de abordar el tema fue Casa Presidencial al lado del presidente Chaves, durante el acto semanal en que el mandatario y los jerarcas de las instituciones se dirigen al país ya sea antes o después del Consejo de Gobierno..
Sobre el tema sostuvo que “mi conclusión es que hay intereses clarísimos de que no se quiere revolcar la situación en que se compró ese terreno.
“Que si se logra hacer un escrutinio más detallado, nos vamos a llevar muy interesantes sorpresas”, afirmó la jerarca de la entidad aseguradora.
Esquivel recalcó que “yo no veo a nadie ocupado ni preocupado, salvo mi caso y el caso del presidente de que la situación de ese terreno es sumamente riesgosa. Por algo se ha atraso tanto esa construcción”.
Mucha presión y problemas
Apenas el lunes pasado durante su exposición ante los diputados, Esquivel dijo que el proyecto sigue adelante y dejó en el aire el tema de la construcción del hospital en terrenos del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Tras escucharla, los legisladores calificaron sus argumentos como pretextos y excusas, al tiempo que exigieron que se tomaran acciones concretas para que los cartagineses pudieran contar con un nuevo hospital.
En Casa Presidencial, sin embargo, Esquivel sostuvo que “no me acuerdo yo, en años anteriores, que hubiera tanta presión ni de la Asamblea Legislativa ni de otras organizaciones por construir una obra que lleva, sí, más de 20 años, igual que el Hospital de Niños”.
Aseveró que la junta directiva de la CCSS debe cuidar muchos aspectos para garantizar un centro médico seguro, además de cuidar los fondos públicos.
“Hicieron una trinchera para validar la sismicidad del terreno. No pudo ser más de dos metros y se llenó de agua, entonces no pudieron bajar", dijo la funcionaria, quien es abogada de profesión.
“¿Sabe qué va a pasar? y yo se lo vaticino. Cuando inicie ese proceso, los costos de construcción se van a multiplicar y voy a tenerle que tocar la puerta a don Nogui, para que no pueda pagar deuda y me tenga que dar plata a mi para avanzar en un proyecto que puede duplicar el costo”, añadió Esquivel.
Pese a los criterios técnicos, geológicos y de Auditoría Interna, que avalan la construcción del nuevo hospital de Cartago en el terreno comprado en el 2011 en El Guarco, Esquivel sostiene que el lote tiene problemas.
“¿Hay problemas ahí? Sí hay problemas. Si no vean ustedes por qué este proyecto, con declaratoria de interés de aquí, de la Casa Presidencial cuando estaba doña Laura Chinchilla, no avanzó. Imagínese ustedes.
“Declaratoria de interés y nunca se avanzó y cuando viene el cambio de gobierno, curiosamente, sacan la licitación”, acotó.
Dijo que todavía “hay mucha tela que cortar” y que percibe que lo que interesa es que “construyan a cualquier costo”.
Garantizó que la CCSS cuenta con ¢177.000 millones presupuestos para edificar el nuevo centro médico “pero tenemos que ser comedidos en la forma en que gastamos la plata”.
“La fiesta de los ceros a la derecha en la CCSS no puede seguir con ese nivel”, afirmó Esquivel.
Adujo, también, que se le tuvo que quitar alguna infraestructura al proyecto, porque está en módulos. Y eso, según dijo, para que pudiera dar el monto y seguir con el proceso de licitación.
Por otra parte, trató de quitar presión sobre el tema de la capacidad agotada del hospital Max Peralta, al sosatener que si el segundo nivel de Cartago estuviera funcionando de una más eficiente “las emergencias del Max estarían más manejables”.
Los cartagineses tienen más de una década clamando por un nuevo hospital, debido a que el Max Peralta ya se encuentra colapsado y no cuenta con todos los servicios médicos requeridos por la población.
