El histórico rechazo de Costa Rica al ejercito

Salvo momentos muy puntuales de la historia del país las fuerzas armadas tenían poca fortaleza, hasta que llegaron a ser una institución desprestigiada en sus últimos años, sostiene el historiador Vladimir De la Cruz.

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photo_camera Todos los 1 de diciembre se celebra la abolición del ejercito en la Plaza de la Democracia. Imagen: Ministerio de Cultura y Juventud

Costa Rica celebra 75 años del día en que el presidente de la Junta de Gobierno, José Figueres Ferrer, le hizo entrega del Cuartel Bellavista al Museo Nacional, como acto simbólico de la decisión de abolir el ejército. Esta acción llegó en un momento en que el ejército era percibido como una institución desgastada.

A ese acto simbólico siguieron años más tarde varias acciones puntuales que reforzaron el carácter civilista de nuestro país y que terminaron por consolidar el sistema democrático. Además, la decisión permitió destinar recursos que antes se invertían en el ejército a la educación, la salud y diversos programas sociales.

Desde los primeros años de Costa Rica como país independiente se estableció el poder civil sobre lo militar. Como lo indica el historiador Vladimir De la Cruz, el primer gobernante del país, Juan Mora Fernández fue un educador, que les impuso a los militares de la época que no iban a tener un derecho especial para sus protecciones, sino que los actos que ellos cometieran iban ser juzgados por la legislación civil y los tribunales ordinarios de la Republica

“Desde 1824 hasta 1948 el 99% de jefes de Estado o presidentes de la República, fueron educadores, abogados, economistas, médicos, gente del ambiente civil y no del militar. Eso le imprimió al Estado una visión civilista, con tres poderes públicos respetándose entre ellos. Con sistemas electorales que más o menos se respetaban en esa época” destacó De la Cruz.

Hubo momentos muy puntuales en los que se fortaleció el ejército, como la campaña nacional de 1886-1887 o durante la dictadura de Federico Tinoco, en 1917.

“Al caer Tinoco, como resultado de la resistencia popular, cayó ese fortalecimiento que le habían hecho al ejecito. Para la década de 1940, era una institución débil, desprestigiada en ciertos aspectos. Tanto así que, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército no tuvo ningún fortalecimiento como si hubo en otros países” comentó De la Cruz,

La abolición

La idea de abolir el ejercito empezó a sonar en 1947 cuando los diputados Fernando Volio Sancho y Fernando Lara Bustamante promovieron su disolución, pero en ese momento no prosperó.

En marzo de 1948, consecuencia de la anulación de las elecciones de febrero de ese año, empezó la Guerra Civil. La victoria del bando de José Figueres resultó en el establecimiento de la Junta Fundadora de la Segunda República. El ministro de Seguridad, Edgar Cardona, fue quien propuso la abolición de las fuerzas armadas.

El historiador señala que de octubre a diciembre de 1948 se dan algunos actos de la junta de gobierno, en donde se aprueba la eliminación del ejército y el traspaso del Cuartel Bellavista, además de la expulsión de la Legión del Caribe que apoyó al bando de Figueres en la Guerra.

La resolución de la junta de gobierno fue ratificada en octubre de 1949 por la Asamblea Constituyente, pero se hizo efectiva hasta el 7 de noviembre con la promulgación de la Constitución Política de Costa Rica de 1949.

“Hubo otros actos que ayudaron a fortalecer la abolición del ejército: la proclama de neutralidad de Luis Alberto Monge, la política de Oscar Arias de quitarle a los oficiales de la guardia pública los rangos militares que tenían” concluyó de la Cruz.