Las conquistas sociales alcanzadas por Costa que llevaron a la población a alcanzar una sensación de bienestar se han ido perdiendo al punto que el país tiene hoy un alto grado de deterioro y de aumento la vulnerabilidad.
Esta es una de las conclusiones globales del informe Estado de la Nación del 2023, dado a conocer la mañana de este jueves.
Leonardo Merino, coordinador general del Informe, sostuvo que el desgaste de los logros históricos en materia de desarrollo humano se consolidó entre el 2022 y el primer semestre del 2023.
“Particularmente con el deterioro de manera notaria en tres cosas: el bienestar, la seguridad y las oportunidades de la mayoría de la población, pero con dos agravantes.
“Primero: que hemos perdido esa capacidad de prever, de pensar hacia adelante y de hacer lo necesario para resolver las cosas que garanticen un mejor futuro para todos”, externo Merino.
Añadió que el país atraviesa momentos tormentosos y, al concentrarse en lo inmediato, no logra anticipar lo que se viene encima.
“Pero segundo, en esta coyuntura, las respuestas del sistema político parecen ser, cada vez, más insuficientes. Aunque se retome crecimiento, aunque se logre resolver con importantes costos la situación fiscal, lo cierto es que una democracia que está diseñada para la cooperación hoy está entrabada con antagonismo, con encrispación”, reafirmó Merino.
Poner luces largas
A lo largo de su exposición realizó un profundo análisis de la situación actual del país desde el punto de vista de pobreza, trabajo y fuerza laboral, educación, seguridad, armonía con el ambiente, participación política y acceso a la salud. Dijo que se reiteran las asimétricas que se dan en los diferentes ámbitos y dijo que se denota que la situación cada vez es más desigual y de acrecentamiento de las vulnerabilidades.
“Hay que poner las luces largas para cumplir la promesa a los costarricenses: democracia, producción, distribución, educación, trabajo y ambiente no son palabras puestas en una Constitución.
“Son obligaciones, derechos, compromisos que tenemos que cumplir con políticas públicas que aseguren también ese compromiso, en construir una economía incluyente, invertir en educación y en protección social para afincar el futuro.
“Apostar por una economía verde y acuerdos políticos construidos en confianza, en cooperación y que se cumpla. Nos urge pensar un rumbo colectivo, honrar la promesa costarricense”, agregó Merino.
Dijo que se deben dejar de lado las divisiones y el antagonismo a fin de que el país pueda salir adelante, mediante la búsqueda de soluciones en conjunto.
Desajustes entre los sectores
Al respecto, Ronald Alfaro, investigador del Programa Estado de la Nación (PEN) señaló que, en su conjunto, el Informe Estado de la Nación plantea que el país y como sociedad le ha hecho promesas a la población en materia de crecimiento de la economía, para lo cual se dieron pasos importantes en esa transformación.
Así, el país logró desarrollar un sector exportador dinámico y diversificado, y consolidó un esquema de atracción de Inversión Extranjera.
“La dificultad que tenemos es que ese modelo ha profundizado desigualdades. Dificulta expandir el desarrollo humano y también afecta a sectores vulnerables”, externó Alfaro.
Añadió que es importante que no sólo la economía crezca, sino que los ingresos generados puedan distribuirse de la mejor forma más equitativa posible.
“Hay una creciente desconexión entre estos dos aspectos: amplia la desigualdad y va vulnerando sectores importantes de la población”, alertó Alfaro.
A esto sumó que ese crecimiento económico y ampliación de la riqueza debe ir de la mano y en armonía con el medio ambiente, puesto que el país apostó por la conservación ambiental y tiene resultados favorables que aún perduran.
“La dificultad que tenemos es que en la política ambiental y la gestión de estos recursos hay señales de ambigüedad, hay estancamiento, pero también hay retrocesos y allí estamos, de una forma desequilibrada. Hay un balance insostenible”, recalcó Alfaro.
Promesa de educación y trabajo
Otros de los aspectos a los cuales apostó el país, años fue al derecho a la educación y al trabajo de la población, como factores que garantizan la movilidad social.
Al respecto, Alfaro resaltó que esas conquistas importantes enfrentan rezagos y barreras, sobre todo para las generaciones presentes y futuras.
Otras de los planteamientos fue que las transformaciones y los cambios se deben realizar por la vía democrática.
“La democracia nuestra es sólida, estable y consolidada, pero que tiene una particularidad y es que, para resolver los problemas necesitamos de la cooperación. Eso es el combustible del sistema. Pero tenemos actores muy debilitados en este momento y una crisis de representación ciudadana que se agudiza por estrategias como el antagonismo y algunas formas de gestión política que dificultan la construcción de acuerdos, soluciones y resultados”, apuntó Alfaro.
El aspecto principal enfatizado por Alfaro “es la necesidad de dejar de ver las cosas inmediatas para encender las luces largas con el objetivo de anticiparnos a aquello que nos puede afectar como sociedad y entender cómo lograr mejores resultados en estas circunstancias.
“Para esto es fundamental volver a la conversación. Pero no es conversar para convencer a unos de que estén de acuerdo con los que unos piensan, sino plantear cuáles son algunas de esas diferencias y plantear algunos puntos en común y a partir de allí encontrar soluciones y salidas”, reseñó Alfaro.
