EBAIS: un modelo que debería someterse a revisión

Es urgente revisar el esquema para entender cómo funciona, qué debilidades tiene y cómo se puede redireccionar. Lo fundamental aquí es que la población tenga acceso a servicios oportunos y de calidad.

Ebais La Unión.
photo_camera Ebais La Unión.

Utilizando datos de la propia Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) la Defensoría de los Habitantes estimó que en la zona de Alajuela hacen falta al menos 18 Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (EBAIS). Y así justifica esta entidad la saturación que se presenta en el Servicio de Emergencias del Hospital San Rafael.

Cuando se introdujo el concepto de los EBAIS en la Caja, se dijo que era un modelo para acercar los servicios de la institución a los usuarios. Con ello se dejaba atrás el viejo modelo de los Puestos de Salud, que esencialmente se limitaban a una consulta con una enfermera.

Y los EBAIS serían un intermedio entre esa figura y las clínicas periféricas, que, si bien ofrecían más servicios, no necesariamente eran accesibles para toda la población debido a estaban más centralizados en algunos puntos específicos.

El problema, sin embargo, es que el modelo se extravió en algún momento, desvirtuando esa lógica, y nadie ha puesto atención al tema para generar los correctivos.

Hoy en día, hay EBAIS que funcionan todos en un mismo establecimiento. Con ello ya se alejan de la premisa de acercarse a los asegurados, porque así no están en cada una de las comunidades que atienden. Es una dinámica que sirve a los intereses de las empresas que administran los EBAIS, porque reducen costos y ganan contratos con la Caja.

Eso no es malo si se analiza estrictamente desde el punto de vista administrativo. Quizá incluso favorezca el que se puedan ofrecer más servicios a partir de un mejor equipamiento. Pero eso no fue lo que dio origen al sistema.

El que, por ejemplo, cinco EBAIS operen en las mismas instalaciones, coloca a todos los asegurados de un área en un solo punto de atención. Para más, si bien hay ventanillas diferenciadas de atención, en realidad, el personal es el mismo y se intercambia. También hay áreas de atención conjuntas, lo que conduce a que, al final, toda la operación termine siendo una sola.

Y, en ese proceso, también se han dejado áreas sin atención, como el caso que señala la Defensoría en Alajuela. Entonces, no hay un equilibrio.

Por ello es urgente revisar el esquema para entender cómo funciona, qué debilidades tiene y cómo se puede redireccionar. Lo fundamental aquí es que la población tenga acceso a servicios oportunos y de calidad.

Hemos apuntado una y otra vez la particularidad de que la CCSS, de repente, se comporta como dos mundos diferentes. Por un lado, ofrece garantías incuestionables cuando se trata de servicios especializados de alto nivel. Pero, por otro lado, falla de manera sistemática en las cosas elementales.

De hecho, en muchos EBAIS, sacar una cita termina por ser una experiencia aterradora para una buena parte de los asegurados. Nadie alcanza a entender cuántas citas se liberan por día ni bajo qué criterios se asignan, independientemente del sistema que se utilice para ello.

Son las pequeñas cosas que alguien en la Caja debería revisar, poniendo siempre en primer lugar a los asegurados. Es seguro que en ese proceso se podría terminar por hasta redireccionando recursos para darle mayor eficiencia al sistema.

El problema, sin embargo, es que, en la institución, parecen asumir que todo funciona con tal nivel de perfección que no hay nada que revisar. Quizá por ello, hace apenas un par de semanas la Junta Directiva renovó por 10 años más los contratos con las cooperativas y otras empresas dedicadas a administrar EBAIS en algunas zonas del país, especialmente en la Gran Área Metropolitana.