La producción nacional no solo se concentra en el centro del país, sino que, específicamente ocho cantones de la Gran Área Metropolitana acaparan el 54%. Estos son San José, Santa Ana, Escazú, Goicoechea, Curridabat, Heredia, Belén y Flores, en su orden.
Y, si se trata de elaborar un top 10, habría que sumar los cantones centrales de Alajuela y Cartago, según revela el Informe del Estado de la Nación 2023.
Pero, además, el rezago en el crecimiento de la producción tradicional con respecto al régimen de zonas francas provoca una limitación en el impulso de la economía. Si bien, en 2022 la tasa de crecimiento de la economía fue aproximadamente del 4.3%, la mejoría esconde problemáticas productivas y laborales.
El régimen especial, que está compuesto mayoritariamente por las zonas francas, creció un 11.9% en 2022. En contraparte, el régimen definitivo, o régimen tradicional, solamente creció un 3.4%. El sector que engloba la mayor parte de las empresas del país es el que está encontrando menos oportunidades para crecer.
“Los datos nos siguen mostrando que el rezago de la productividad fuera del régimen especial limita el crecimiento equitativo de la economía. En este sentido, el éxito de las zonas francas es importante, pero no es suficiente para el desarrollo del país”, afirma la investigadora del Programa Estado de la Nación, Pamela Jiménez Fontana.
Adicionalmente, Jiménez destacó que el país está logrando producir más, pero con menos personas ocupadas. En el segundo trimestre del 2023, Costa Rica produjo un 11% más, en comparación al 2019, con un 3% de personas ocupadas menos.
En 2022 el régimen definitivo siguió siendo el que más empleos generó y más aportó al PIB, con un 87% mientras el régimen especial apenas alcanzó un 13%. El crecimiento limitado del sector que más aporta crea dificultades en la generación de empleos, en tributación y aumenta los riegos para la economía tradicional.
En el lapso de 2016-2022 la productividad en zonas francas creció un 10.9%. Para las demás empresas la variación fue de -0.1. Sumado a lo que refleja el Estado de la Nación, en el reciente informe sobre la coyuntura económica del Banco Central de Costa Rica, se indica que las exportaciones aumentaron un 23.1% en las empresas del régimen de especial y únicamente un 2.1% en las del régimen definitivo.
Los productos de empresas tradicionales generaron el año pasado $2.600 millones en ventas al exterior con productos como frutas, café y plásticos, entre otros. Desde zonas francas se exportan mayormente instrumentos médico-quirúrgicos, máquinas y aparatos eléctricos, que representaron $7.000 millones en 2022.
Producción concentrada en pocos cantones
La concentración de la mayoría de las zonas francas se da en la Gran Área Metropolitana (GAM) lo que crea oportunidades de crecimiento económico desigual. A esto se le suma que el 54% de la producción está centrada en ocho cantones de la región central.
“En general la mayoría de los cantones fuera del GAM tienen un bajo aporte a la productividad, lo que refuerza la importancia de establecer políticas de desarrollo productivo que incluyan aspectos educativos, investigación, infraestructura” señaló Jiménez.
Comentó que la enorme fragilidad de la economía costarricense quedó evidenciada con la pandemia y el proceso de recuperación, ya que la crisis afectó de manera más profunda a los sectores sociales y empresariales más vulnerables.
En este panorama, las microempresas son las más desfavorecidas porque tienen apenas una expectativa de vida al quinto año de operación del 53%.
