Estudio de la UNA

225 mil costarricenses estarían en el segmento de los créditos informales

La encuesta también determinó que un 18,18% de los encuestados alguna vez dejaron pendiente el pago de una deuda con una entidad financiera, un porcentaje muy alto indicó el economista Leiner Vargas.

Autoridades UNA
photo_camera Norman Solórzano, director del IDESPO, Olman Segura, director del CINPE y Leiner Vargas, investigador del CINPE, dieron a conocer el estudio. Foto: Captura de vídeo.

Una reciente encuesta del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional (UNA), determinó que un 5,34% de la ciudadanía se endeudó alguna vez con créditos informales “gota a gota”.

En el estudio que también contó con la participación del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), se entrevistó a 1705 personas de 18 años o más vía telefónica, escogidos al azar.

El economista e investigador del CINPE, Leiner Vargas, comentó que haciendo los cálculos de la población de estudio, se podría deducir que alrededor de 225 mil personas estarían dentro de este segmento de créditos. “Ese es el tamaño del crédito informal”, afirmó.

El estudio le consultó a los entrevistados por qué tuvieron que recurrir a este tipo créditos. Un 19,78% señaló que lo hizo porque perdió su categoría crediticia por impago en el mercado financiero formal.

“Quedaron mal en un banco, en una financiera, en una cooperativa, en una asociación solidarista, quedaron impagos y entonces, no pueden tener categoría de crédito en el sector formal”, acotó el economista.

Un 16,48% señalo que, a pesar de tener crédito con bancos y entidades reguladas, su capacidad de pago no le permitía seguir endeudándose en el mercado financiero formal.

“Ahí estamos hablando de un problema claro de cultura financiera. Sobreendeudamiento en el sistema formal significa que los bancos ya no le prestan, las entidades financieras ya no le prestan”, apuntó Vargas.

Otro 17,58% indicó que lo hicieron ya que, a lo largo de su vida han trabajado en el sector informal, por lo que no pueden acceder al mercado financiero regulado.

Asimismo, un 1,10% dijo haberlo hecho porque perdió su crédito o tarjeta producto de la regulación de las tasas de usura, mientras un 45,05% señaló otros motivos (agilidad de los créditos, la necesidad, entre otros).

800 mil personas requeridas para pago de créditos

Otro de los resultados arrojados por la encuesta es que un 18,18% de los encuestados alguna vez dejaron pendiente el pago de una deuda con una entidad financiera.

Vargas comentó que esto es un porcentaje muy alto, ya que, los índices de morosidad deberían rondar entre el 2% y 3%.

“Esto coincide con los datos que se tienen sobre, digamos, cantidad de créditos informales que hay en los juzgados a cobrar, que son más de 800 mil personas que están siendo requeridas en un tribunal para que paguen un crédito que no pagaron”, expresó el economista del CINPE.

Al cuestionar a los entrevistados sobre por qué quedaron morosos con el sistema financiero formal, un 48,36% comentó que por una emergencia (sufrió un accidente, enfermedad propia o de algún familiar, perdida del empleo).

El economista señaló que este dato denota que los costarricenses carecen de un fondo de emergencias para hacerle frente a este tipo de situaciones y esto es producto de la poca educación financiera que reciben a lo largo de su vida.

Por otro lado, un 22,70% dijo que fue por falta de planificación financiera. Adicionalmente, 6,22% lo atribuyó a la subida en las tasas de interés y otro 22,70% señaló otros motivos.

Consecuencias de perder el récord crediticio

El estudio del CINPE consultó a los encuestados que consecuencias les trajo perder su récord crediticio en el sistema financiero, siendo la mayor el quedarse sin acceso al crédito por una mancha en su expediente con un 50,65%.

Otro 8,79% indicó que por esta situación perdió su trabajo, patrimonio o pareja. En esa línea, un 4,91% perdió su casa, carro, finca, comercio o empresa.

Asimismo, un 15,25% señaló que terminó cayendo en depresión, viendo afectada su salud mental o física. Además, un 20,41% dijo que le trajo otras consecuencias.

“Estamos ante un problema mucho más grande que simple y sencillamente los números, los datos. Estamos ante un problema social que debemos atender”, concluyó Vargas.