Jerusalén, Indefinido. (AFP). Un alto responsable de la ONU subrayó el viernes que los balances de muertos publicados por las autoridades de la Franja de Gaza "nunca" habían sido "cuestionados" durante conflictos anteriores, después de que Washington pusiese en duda su credibilidad.
El viernes, el Ministerio de Salud del movimiento islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, anunció un nuevo balance de más de 7.300 muertos en el territorio palestino desde el inicio de la guerra con Israel el 7 de octubre, la mayoría civiles y entre ellos más de 3.000 niños.
"En el pasado, durante los cinco o seis ciclos de conflicto en la Franja de Gaza, estas cifras se consideraban creíbles. Nunca nadie ha cuestionado realmente estas cifras", declaró Philippe Lazzarini, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), en una rueda de prensa en Jerusalén.
Lazzarini confirmó por otro lado que "al menos 57 compañeros" empleados de la UNRWA murieron en la Franja de Gaza en estas semanas.
Las declaraciones del director de la UNRWA llegan después de que el presidente estadounidense Joe Biden, que mostró su firme apoyo a Israel desde el inicio de la guerra, pusiese en duda el miércoles las cifras de víctimas civiles.
"Estoy seguro de que han muerto inocentes, y es el precio de hacer la guerra", dijo. "Pero no confío en la cifra que manejan los palestinos".
El Ministerio de Salud de Hamás respondió publicando el jueves una lista con los nombres de casi 7.000 palestinos que figuran en su balance de muertos por los bombardeos israelíes desde el 7 de octubre.
Esta lista de 6.747 nombres indica el sexo, la edad y el número de identidad de los muertos. Hamás esperaba entonces confirmar la identidad de otros 281 cadáveres.
En un documento adjunto a la lista, el ministerio explicó el procedimiento para recopilar la cifra de muertos.
En los llamados "hospitales gubernamentales", aquellos que dependen de la administración de Hamás, los "datos personales y el número de identidad" de cada palestino muerto en la guerra se introducen en la base de datos informatizada del establecimiento tras la llegada del cadáver, o la muerte de los heridos, según el documento.
Estos datos se transmiten "diariamente" al "registro central de mártires" del Ministerio de Salud.
En cuanto a los muertos trasladados a hospitales privados, sus datos personales se registran en una ficha especial que luego se remite "en un plazo de 24 horas" al ministro de Salud para registrar sus nombres en la base de datos central.
El "centro de información", un departamento específico del Ministerio, se encarga de comprobar la información facilitada por los hospitales "gubernamentales" y privados para "garantizar que no contiene duplicados ni errores", antes de registrar los nombres en la base de datos, según la misma fuente.
