Consultora McKinsey impulsó agenda de combustibles fósiles en cumbre africana

La COP28 pudo verse influenciada por la empresa McKinsey. Foto: Giuseppe Cacace / AFP.
"Los créditos de carbono raramente logran los beneficios climáticos que afirman", indicaron en noviembre investigadores del Instituto de Ley y Políticas para Eliminación del Carbono, con sede en Washington

París, Francia. (AFP). La consultora McKinsey & Company buscó promover, en una de las reuniones preparatorias de la COP28, proyectos de créditos de carbono, una herramienta criticada pero codiciada por sus clientes de los combustibles fósiles para compensar sus emisiones de carbono, según documentos internos y fuentes consultadas por AFP.

Los documentos filtrados muestran que la empresa, que asesora a grandes compañías de gas y petróleo, desde la estadounidense ExxonMobil a la estatal saudita Aramco, trabajó entre bambalinas para influir en la agenda de la Cumbre Africana sobre el Clima, celebrada en septiembre en Kenia. La reunión sirvió de preparación para la COP28 de Dubái.

Un documento de posición confidencial de nueve páginas, al que tuvo acceso la AFP, promociona la Iniciativa de los Mercados de Carbono en África (ACMI), que McKinsey declaró públicamente que ayudó a desarrollar, y aboga por la creación de un mercado de 6.000 millones de dólares para créditos de carbono en el continente africano.

Los créditos de carbono son presentados como una forma para que grandes contaminadores, como las petroleras, compensen sus emisiones de CO2 apoyando proyectos verdes, por ejemplo, de preservación de bosques. Muchos expertos cuestionan que esta práctica sirva de verdad para combatir el calentamiento global y lo critican como un lavado de imagen.

Más de 500 asociaciones de la sociedad civil firmaron una carta al presidente de Kenia, William Ruto, antes de la cita advirtiendo que McKinsey "influenció indebidamente" la cumbre mediante documentos clave que redactó a nombre del país anfitrión.

"Cuando McKinsey se involucró en la planificación de la cumbre, buscó beneficiarse de los acuerdos comerciales que surgieran", señaló Mohamed Adow, jefe del grupo de investigación Power Shift Africa.

Adow fue parte de una decena de asesores africanos y de otros países provenientes de grupos de estudio, fundaciones y organizaciones internacionales, que pidieron a los organizadores revisar el "documento de posición" para elaborar la agenda de la reunión.

Indicó que McKinsey tuvo un papel predominante en la redacción del documento, duramente criticado por varios asesores por sobredimensionar el papel de los mercados de carbono, según comentarios que compartieron a los que accedió la AFP.

La promoción de los mercados de carbono

McKinsey negó cualquier falta de su parte, y la ministra del Medio Ambiente de Kenia, Soipan Tuya, insistió en que está "extremadamente lejos de la verdad" decir que la firma tuvo tanto peso en la cumbre.

McKinsey dijo a AFP que fue un "socio técnico" de la cumbre, uno de muchos consultores que apoyaron los preparativos y que todos los documentos fueron "aprobados por la Cumbre Africana sobre el Clima y el gobierno de Kenia".

Una búsqueda en el historial de internet muestra que la mención de que la empresa fue socia del evento después de eliminada. McKinsey declaró que nombrada por error.

Dos miembros del grupo de asesores formado a petición del presidente de Kenia, que pidieron no ser identificados, comentaron que desconocían el papel de McKinsey.

"Dada su lista de clientes, McKinsey tenía un conflicto de intereses que es innegable", señaló Adow a la AFP.

En un documento confidencial que promueve su experiencia en el mercado de carbono, la firma citó las compañías que ha asesorado, como las petroleras Chevron y BP, y la siderúrgica Tata Steel.

También mencionó el trabajo de McKinsey en energía solar, eólica, gas y electrificación, así como en "transformación del rendimiento" de firmas que operan plantas a carbón y petróleo.

Los críticos de los mercados de carbono dicen que cumplen con lo que promueven y que permiten a los contaminadores compensar sus emisiones nocivas de gas de invernadero a un costo bajo.

Un estudio determinó este año que solo una diminuta fracción parece cumplir y un informe de la ONU concluyó el año pasado que "demasiados actores no estatales participan en un mercado voluntario" marcado por "bajos precios y falta de orientaciones claras".

McKinsey redactó planes de cumbre climática

Los dos expertos del grupo asesor de Ruto indicaron que el documento diverge de las posiciones establecidas por el Grupo Africano de 54 países y que ignoró las grandes prioridades de la región, como los fondos para ayudar a las economías africanas a enfrentar al impacto climático.

McKinsey señaló que los documentos "eran para uso del presidente de Kenia y reflejaron sus metas, no las de McKinsey".

Al final, en la cumbre se gestaron promesas para invertir cientos de millones de dólares en proyectos, incluyendo 450 millones de dólares de Emiratos Árabes Unidos, el anfitrión de la COP28, que busca asegurar extensiones de tierra en África para desarrollar proyectos de compensación de carbono.

Ante los cuestionamientos, la cotización de los créditos de carbono para proyectos de conservación de la naturaleza cayó de 16 dólares por tonelada en enero de 2022 a un dólar en noviembre pasado.

En octubre, South Pole, el mayor vendedor de créditos de carbono, abandonó un proyecto forestal inmerso en escándalo en Zimbabue. McKinsey estaba entre las empresas que compraron créditos en el plan.

Ese y otros informes negativos causaron revuelo en todo el sector.

"Los créditos de carbono raramente logran los beneficios climáticos que afirman", indicaron en noviembre investigadores del Instituto de Ley y Políticas para Eliminación del Carbono, con sede en Washington.