Orosi II entre las sombras y las contradicciones

Según la CGR, el AYA atraviesa importantes problemas en la gestión de proyectos, lo que afecta a la población.

¿Cuál es la verdad? Solo ellos lo saben. Lástima, porque este es un asunto de interés para toda la población beneficiaria. Entonces, la información debería ser clara y puntual.

El proyecto de ampliación del acueducto metropolitano, conocido como Orosi II, es de trascendental importancia para los pobladores de la Gran Área Metropolitana. Lo es, también, para los desarrolladores tanto urbanísticos como comerciales, que requieren de garantías en torno a la disponibilidad de pajas de agua potable.

Por ello, las autoridades del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) deberían tomarse más en serio el asunto, especialmente después de que se ha postergado por tanto tiempo.

Y, luego de las últimas comparecencias de los jerarcas de la institución ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa, queda la sensación de que eso no ha sido así.

El presidente ejecutivo, Juan Manuel Quesada entró en muchas contradicciones con la directora de la Unidad Ejecutora a cargo del proyecto, Mariana Fernández, en cuanto al estado actual, no solo del plan, sino del financiamiento para hacerlo realidad.

Fernández admitió sin cortapisas que un crédito por $399 millones de dólares que originalmente se había suscrito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), se perdió debido a que Acueductos y Alcantarillados no pudo cumplir toda la gestión previa para aterrizar el arranque de las obras en el plazo convenido.

Quesada, sin embargo, dijo que el crédito está vigente, y por lo visto, está contando con esos recursos para cuando, por fin, se pueda echar a andar esas obras. Y lo hizo con tanta ligereza, que recurrió a una carta que el banco le envió al diputado Francisco Nicolás, según él, para sustentar sus manifestaciones. Decimos ligereza, porque en la nota nunca se dice que el crédito sigue disponible.

De hecho, lo que la entidad financiera apuntó es que cuando el AyA esté listo, puede volver a someter el proyecto a su consideración para discutir nuevas opciones de financiamiento.

Pero, por otro lado, las contradicciones no permitieron entender en qué punto del proceso está el proyecto. Fernández dijo a los diputados que la propuesta de diseño del estudio de factibilidad está en revisión para atender una segunda línea de observaciones que hizo el Ministerio de Planificación y Política Económica. En cambio, Quesada dijo que se están revisando observaciones hechas por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, y solo después, irá a Planificación.

¿Cuál es la verdad? Solo ellos lo saben. Lástima, porque este es un asunto de interés para toda la población beneficiaria. Entonces, la información debería ser clara y puntual.

Si no se logra ni siquiera eso, allí es donde se potencian las dudas sobre el nivel de seriedad con que las autoridades institucionales están llevando este trascendental proyecto.

Para más, mientras todo eso sucede, Quesada sigue hablando, cada vez que puede, de algunas obras menores, de carácter paliativo, que procura impulsar. La realidad, sin embargo, es que esas pequeñas obras no van a solucionar un problema de la magnitud del que tiene el país por la falta de agua en la Gran Área Metropolitana.

A eso hay que agregar que el problema se repite en otras regiones. Ya en Guanacaste hay comunidades donde el desarrollo habitacional y comercial está estancado ante la falta de agua potable. Es el caso de Nosara, en Nicoya, por ejemplo, donde el turismo crece a pasos agigantados, pero a nivel institucional la respuesta no es equiparable con las necesidades.

Tiene que haber un cambio. De lo contrario, el problema se saldrá en definitiva de control, toda vez que los pendientes se irán acumulando hasta un punto en que los recursos presupuestarios e institucionales no alcancen a cubrir lo que se requiere.