El correcto foco de la seguridad social y la venta de medicinas

CCSS.

Aquí no se trata de hacer un poco de todo como sea, sino de hacer lo que corresponde, de manera correcta. Todos agradeceríamos que mejore nuestro sistema de seguridad social. Y en eso, la Junta Directiva de la CCSS tiene mucho que decir, en lugar de abarcar más de lo que puede.

La presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel ha puesto sobre el tapete la idea de que la entidad se involucre de manera directa en la venta de medicinas en el país.

Argumenta que esa será una oportunidad para que los costarricenses podamos obtener medicamentos a precios menores a los que hoy ofrecen las farmacias privadas. Incluso, sostiene que, si la Caja surte a algunas de estas, particularmente las que operan en hospitales y clínicas privadas, se ampliaría el alcance del plan.

El fin es loable. Máxime cuando el Poder Ejecutivo no logró impactar hacia la baja los precios al detalle de los medicamentos con las reformas establecidas por el Ministerio de Salud en torno a los procesos de registro.

Pero, del dicho al hecho, hay mucho trecho, como reza un viejo adagio popular. La CCSS tiene muchas cosas muy buenas. Sin embargo, suele complicarse en exceso cuando de resolver problemas se trata. Especialmente cuando no constituyen grandes retos desde el punto de vista médico o científico.

A través de los años, no ha podido estructurar un esquema que le permita darle el mantenimiento adecuado a muchos equipos muy especializados de que dispone en diversos centros médicos. Y eso termina por limitar el acceso de los asegurados al servicio.

También, le ha sido imposible establecer un sistema para la especialización de los médicos, lo que ha ido acompañado de una ineficiencia total en la simple premisa de definir cuántos de ellos requiere en las diferentes especialidades.

Por inacción, permitió que a través del tiempo se acumulara una enorme lista de personas que esperan un procedimiento médico o una cita con algún especialista. Y entre más se ha tratado de reducir esa lista, paradójicamente, sigue creciendo.

Para más, estamos siendo testigos de un proceso de más de 13 años para tratar de construir un hospital, sin que a la fecha siquiera la adjudicación de la licitación está en firme. Eso, a pesar de que estamos en la moda de contratar desde el diseño, pasando por la construcción, y hasta llegar al equipamiento.

Este repaso de algunas situaciones puntuales que retan a la institución, es para concluir en que hay muchos asuntos de mayor trascendencia que ya la CCSS tiene en su agenda, sin que los haya podido resolver. Lo mejor sería, entonces, que se concentre ellos.

Hay que recordar, además, que la entidad ha tenido problemas para surtir ciertos medicamentos cuando se trata de casos muy puntuales. Eso también lo debería solventar antes de pensar en otras asignaciones.

Y, no podemos dejar de lado que la pretensión de convertirse en proveedor de algunas farmacias privadas en ese afán de que puedan ofrecer precios más bajos a sus clientes no deja de ser una simple aspiración.

Nadie en la Caja está en posición de garantizar que, si esas farmacias se surten a precios más bajos, van a trasladar esa diferencia a los consumidores. Aquí debemos recordar todos que los precios no están sujetos a fijaciones por parte del Gobierno, ni siquiera a nivel de márgenes de utilidad, como en algún momento planteó Esquivel.

No hay que perder el foco. Las instituciones públicas deben enfocarse, antes que nada y siempre, en aquellos aspectos que sus leyes de creación obligan. Si eso lo logran hacer bien, será de gran beneficio para todos.

Aquí no se trata de hacer un poco de todo como sea, sino de hacer lo que corresponde, de manera correcta. Todos agradeceríamos que mejore nuestro sistema de seguridad social. Y en eso, la Junta Directiva de la CCSS tiene mucho que decir, en lugar de abarcar más de lo que puede.